Hay un hombre en San Antonio que lo hace todo, un fantasma de la línea divisoria que es en realidad muchas personalidades con distintas caras, aparte de un eslabón más de una inquieta célula familiar distinguida con el apellido Escovedo. La estupenda labor de amor que estuvo construyendo este hombre durante décadas, fue súbitamente interrumpida por la enfermedad, y esta vino acompañada de otras contingencias, entre ellas, las derivadas de la imposibilidad de costear un tratamiento médico adecuado. Pero tal era el reguero de colegas, colaboradores y admiradores que había contactado en su empeño destajista, que hubo fácil entendimiento para levantar un proyecto de vocación fraternal titulado Por Vida: A Tribute To The Songs Of Alejandro Escovedo (Or Music, 2004).
Este disco – y una breve escapada a la aportación de Alejandro Escovedo a la conmemoración del primer lustro del sello Bloodshot Records – componen el muestrario melódico: Lenny Kaye (Sacramento & Polk) , Nicolas Tremulis Orchestra (Velvet Guitar) , Peter Case (The End) , Rosie Flores (Inside This Dance), John Cale ( She Doesn´t Live Here Anymore), Pete Escovedo + Sheila E. ( The Ballad of the Sun and the Moon), Los Lonely Boys (Castanets), M. Ward+Vic Chestnutt+Howie Gelb (Way It Goes), Charlie Sexton (Dear Head on the Wall), Jon Langford+Kelly Hogan+Alejandro Escovedo (Evening Gown) y The Minus 5 (I Was Drunk). Una selección subjetiva de un doble disco que vino a confirmar el dicho televisivo de que “con amigos sí se puede” y de paso, alertar sobre las privatizaciones salvajes y el juego del comercio sanitario.
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