Categoría: el pasajero de reserva

Todavía con el eco de los fastos del aniversario de Desorden Público, se ha venido las ganas de añadir otro comentario. En este caso, centrado en el valor de las letras de las canciones de esta banda venezolana de ska y muchas más cosas. Historias, emociones y reflexiones que exhiben el buen hacer y la agudeza a la hora de entablar la relación entre la letra y la música. Desorden Público siempre han ejercido como cronistas de excepción, relatando, denunciando y alentando la disidencia informada. Ha sido un camino largo y productivo y ahí están el soporte y la inspiración de nombres como Marx, Canestrini, Guillén, Galeano, por citar solo algunos que afloran explícitamente en los versos de sus canciones. Política y antropología no quedan grandes a los temas de Desorden sino que entallan perfectamente y más allá del espectáculo panfletario, asoma por ejemplo y con elegancia, la advertencia sobre

Aunque está la distracción y el ejercicio en el significado, es verdad que no es lo mismo pasear que pasearse. Ni terminar haciendo el paseillo. Tanto en Escondidos en Brujas (In Bruges, Martin McDonagh, 2008) como en Le Week-End (Roger Michell, 2013), cada una de las parejas protagonistas participan un poco de todo, esperando, deambulando y escapando. En las dos bandas sonoras de estas películas, compuestas respectivamente por Carter Burwell y Jeremy Sams, hay una explicación práctica de las historias. En las dos, unas notas que son el sonido reflejo, cuando no la sombra de dos extranjeros accidentales que ya no se reconocen y que son sorprendidos compartiendo una de las terapias más antiguas y baratas que existen. Carter Burwell Prologue – Medieval Waters –  Jeremy Sams Train Music – Carter Burwell The Little Dead Boy – Jeremy Sams Restaurant Wander – Carter Burwell Save The Next Boy – Ray At

La cosa es el concierto que ofreció Rubén Blades junto a la orquesta de Roberto Delgado en los madriles botánicos del 17/07/17. Un evento que, generoso en minutaje, alineaba ritmó, sentido y recuerdos. Memoria viva y en directo servida con el oficio que precede a la carrera del panameño. Coque Maya y antes de brindar su colaboración ya le soltaba un “Rubén… no te vayas…” y dudo que hubiera alguien en el público que en ese momento, no le apeteciera secundar con firmeza la propuesta. Pero bueno, se entendía el motivo, era una despedida selectiva, nada más y nada menos, un repaso a una carrera contrastada en la que brillan la clave del trabajo y el son de un montón de canciones de esas que plantan inquietudes y que en directo, contagian afición. Podría haber muchos arcos o muchos trayectos y ninguno sería completo. Por eso, y a propósito del

El director de cine Jim Jarmush, lleva desde 2009 formando escurridizo equipo musical  con Carter Logan y Shane Stoneback, haciendo sus grabaciones y pasándolo en grande. Poco más tarde se les uniría Jozef Van Wissem para los directos y se lo pasaría aún mejor. El nombre al que responde el asunto es SQÜRL, una banda que retrata las filias de sus componentes, que ha servido como vehículo al servicio de películas pero también como proyecto analógico alejado de la trama y apegado a la distorsión. Son una banda con el centro fundido, abierta a la improvisación, a las casualidades y a las probatinas, que se desparrama y salpica. Estando quien está detrás, tienen también la parte conceptual pero no hay que alarmarse, que el componente lúdico va por delante y repele cualquier conato sesudo. Abran paso a las ardillas. SQÜRL Pink Dust – I´m so Lonesome I Could Cry –

Los Zafiros era un grupo vocal cubano y bolerista a la manera doo-wop o “du-du-a” que tenían en el repertorio un tema perfecto para inspirar este programa-velatorio. La canción empezaba con un “herido de sombras/por tu ausencia estoy” y en ella, su protagonista tomaba conciencia de un destino funesto: tras la pérdida, se condena a una espera perpetua. Ha desaparecido… y “ya no está ni en los centros espiritistas”. Enfrente, la decisión de la otra parte de la ecuación, declarando por fin su autonomía y emancipándose para salir del reparto y dejar de ser una herramienta romántica. Después, y en el relato de los temas escogidos, un escenario desolado que hace saltar todas las agujas. “Es peor quedarse en nada, que perderlo todo”, parecen decir algunos. “Algo habrás hecho gavilán/paga la factura”, contesta el coro. Yerba Buena Solito me quedé – Gabriel Ríos Catastrofe – Grupo Fantasma Nada – Los de Abajo Mátame

Una emisión que recupera aquello en lo que más pensamos. El error, que es de un tejido lavable y con una resistencia al desgaste que no expira. En el frontal, se disputa un encuentro entre el afinador británico David Sylvian y el estadounidense pírrico Duncan Sheik. Lentos e intempestivos, también pueden ser rutinarios y repetitivos si los escuchas mucho rato. Como testigo de impresión un no-ensayo de Anne Carson, que apunta en muchas direcciones sobre un mismo tema para desembocar en una explicación completa utilizando el ejemplo. Un ejemplo limpio. El intento fue hacer una segunda parte del “ritos de pasaje“, con temas largos y voces heréticas escuchadas al comienzo de la tarde. Pero no pudo ser y al final se quedó en un ensayo poco preparado, un borrador fallido de otra cosa y de esas maneras. Y manoseando el papel, las canciones de Sylvian y Sheik, que también pueden

La coartada se presenta con el vinilo The Internationale (1990), de Billy Bragg destacando en la oficina de Radio Topo. Una capilla inesperada que bien vale para recuperar al cantautor británico pero centrando el repaso en el periodo insertado entre ese disco y las posteriores colaboraciones surgidas a partir de las letras de Woody Guthrie. Por tanto, el segmento escogido no incluye nada de lo anterior y sí comprende los discos y grabaciones de Billy Bragg entre 1991 y 1996, con algún desajuste derivado de la fecha de publicación, (Don´t Try This At Home, William Bloke, Bloke On Bloke…)  Un periodo de radio-éxitos, contribuciones variadas y fogosas canciones en el que exhibía sus complicidades con personalidades como las de Antonia Bird, Natalie Merchant o Cindy Sherman. Igualmente, la semilla de la lucha obrera continuaba fértil y Billy Bragg, confirmaba la diferencia entre los cantautores que languidecen y los que siguen empuñando

Los indios, como si hubieran anticipado su infausto destino, nacieron y se marcharon a la contra. Enfrentando a los importadores, solventando sus crisis prácticas y superando por una mano a las grandes regulaciones. Una lucha encarnizada, apenas contenida en algunos frentes. El paulista Oswald de Andrade, utilizando el antecedente,  puso poesía a las meditaciones sobre el indio y el canibalismo y alumbró el Manifiesto Antropófago (1928) donde en pie de guerra, repartía muchas y luminosas declaraciones. Por ejemplo… Contra todos los importadores de conciencia enlatada/ La existencia palpable de la vida. Y también adivinaba algo sobre las migraciones y la fuga de los estados tediosos. En Brasil, el reciclaje real y figurado y el choque de continentes ha mantenido la mixtura como caldo alimenticio y cuando la especulación y las convenciones coloniales apretaban, ahí estaba lo tupí y lo guaraní para reiniciar la diferencia. Tom Zé + Javelin Ogodô, Ano

En la reunión que en 2005 promovieron Oysterband junto con amigos diversos, y que florecería en forma de disco (The Big Session Vol. 1… el disco de la mano divina llagada con un violin), ya retomaron la posibilidad con June Tabor de algún nuevo proyecto y seguramente, como aliciente, lo bien que les había quedado su versión conjunta de  Love will tear us aparta again. Sin embargo, no sería que lo vieron claro hasta que un lustro más tarde fueron invitados a tocar juntos para el 30 aniversario de la revista Folk Roots y así, se animaron a reproducir el pacto que muchos años antes les llevó a grabar Freedom and Rain (Cooking Vinyl, 1990), un disco de caligrafía tradicional extendida sobre renglones pop/rock que presentaba en sociedad una singular aventura de folk inglés, “nuevaolera” y electrificada. Ese mismo espíritu, sobre todo en lo que respecta a equilibrar la inspiración