Categoría: el pasajero de reserva

Hay bandas (pocas) que como Cracker tienen la virtud de mirar el panorama desde fuera y esa facultad, es quizás la que evita que terminen homogeneizando su sonido y acaben convirtiéndose en un agente intercambiable de las raíces más previsibles. En su caso, y a pesar de tantos años, pequeños giros e intentos han marcado su voluntad transgresora, en apariencia imperceptible pero con singulares muestras para los que queramos escuchar. Ha habido también un aire melancólico que nunca les ha abandonado y que duda cabe, ha aportado fuerte carga emotiva y elegancia a las canciones. En el doble disco Berkeley to Bakersfield (429 Records, 2014), ponen su carácter al servicio de un audaz comentario urbano, vivido y lleno de contrastes, entretenido en la forma e instructivo en el fondo. En esta emisión, un vistazo al pasado reciente a modo de fin de itinerario. Cracker Life In the Big City –

Los tiempos marcan su pauta y en cualquier momento, ciertos aires musicales decaen y encuentran todos los oídos en contra. En los noventa significaban aquellos grupos que con honestidad unos y oportunismo otros, interpretaban canciones con estrofa y estribillo, vocación popular y vistosa vestimenta en la que se reflejaba Latinoamérica, la cuna mediterránea o las fuentes boleristas y mejicanas. A veces todo junto, a veces más callejero, a veces más al Sur. Puede que cambiara el signo y ya a principios del dosmil dejaran de interesar estas bandas o que comenzara a cuestionarse el bailoteo o que la afición volviera a medir la profundidad con el idioma y el compás. En este programa hay un breve recordatorio de una parte de todo esto, la buena, a través de cuatro discos: La Piel (La Piel, CBS/SONY, 1995), Psicolatin (La Búsqueda, Blau/Discmedí, 1995), Un pez en mi maleta (Especialistas, BMG/ARIOLA, 1998) y

Se reunieron de noche, ataviados como de costumbre y provistos de útiles propios de su clase, flores de pega y corbatas desubicadas. Una alianza de generaciones y de francotiradores, retrasados convenientemente en la efemérides para no parecer que salen de la turba dispuestos a lamer las sobras; que esto es un intento muy serio y desde dentro. Durante años estuvieron desperdigados en distintas localizaciones pero fue entre 2008 y 2009, que un nutrido grupo de militantes francófonos ( A Boris Vian: On N’Est Pas La Pour Se, Universal) junto con la voz aterciopelada de Andy Chango (Boris Vian, Rosevil), adaptando en cooperativa con Javier Krahe, Luis A. de Villena y Norman F. Hogue, se descolgaron por el cancionero del Artista con fabuloso sigilo y recatada prestancia. Aquí, una selección. Arthur H Casserole-Sérénade – Carmen Maria Vega & Merlot Bourrée de Complexes – Andy Chango Snob – JP Nataf Ballade Du

Hay otra vertiente en las relaciones que no es “virtual” ni “presenial”, sino que se sitúa en un campo por acotar que comparte espacios con ambas categorías. Un paseo basta para darnos cuenta de que ya estaban allí, al menos desde hace cien años y que nosotros, les hemos alentado y cobijado. También hemos disfrutado de la ilusión de pasar por delante como si fueran piedras, esperando que se hiciera la luz que alumbrara el pasillo o que calentara la sopa. Hemos escrito las reglas de su naturaleza y como seres que adquirimos hábitos y cumplimos ordenadamente con nuestros propósitos, nos ha terminado sorprendiendo ver qué fácil es identificarse. Unos más tontos, otros más pacientes, algunos contabilizando las ventajas de una mejor posición pero juntos, humanos y autómatas, participando de las mismas ceremonias. Es lo que viene despues de ponerle nombre a las cosas, a las mascotas o a las

Todas las comunidades libres que se abren paso hacia la laguna. Todavía están resolviendo la batalla rural en sus territorios, lo que no impiden que carguen con la controversia en otros continentes y que celebren el patrimonio y la cultura vieja con sentido  y significación. Todavía no se ha abandonado y ahora siembran otros parajes con climas imposibles. Resuena la luz balizando los ancestros, que suman y siguen. Es un itinerario de cientos de caminos sobre los hombros panteísticos, empinados a pesar de la luminiscencia regalada. Después de culminar con la fruta, ahora van a por los censos. Al mismo tiempo, en este programa, información cualificada e inspirada a partir del canto afromexicano de Maldita Vecindad que sugiere el título y de la ofrenda madura de Gilberto Gil. Con el paladar de turista despistado, un sorbo del inabarcable caldero de la negritud. Kassin + 2 Agua – Maldita Vecindad Chacahua

Mientras dormimos o mientras ordenamos los discos, hay alguien que se sale de los renglones y te pone en otro lado. La crítica ubica a la poeta, cantante y compositora lisboeta Lula Pena en un entorno de sorpresa y celebra su voz serena, profunda y hospitalaria, su guitarra desacomplejada y percutida y su carácter decidido. Tal cúmulo de atributos desemboca en un discurso genuino y ajeno a tendencias. Una música que se mira en los géneros pero originalísima en sus formas y que osada, define los paisajes de un territorio reconocible pero de fisonomía permanentemente cambiante. Esta emisión se compone de una selección puntual de sus discos Troubadour (2010) y el hechizante Archivo Pittoresco (Crammed, 2017). Lula Pena Ausencia – Acto I – Rose – Acto V – Pes mou mia lexi – A diosa (No potho reposare) – Acto IV – Come wander with me La imagen Théâtre des Bouffes

El poliedro que conforma la adaptación de Les liaisons dangereuses (Pierre Choderlos de Laclos, 1782) que el director Roger Vadim pergeñó en 1959 y su banda sonora, desafía la ficción y no se deja intimidar por un relato de desapariciones resuelto con éxito más de medio siglo después. Thelonious Monk y su amiga Nica comparten espacio y el primero hace concesiones ante la intermediación segura de la segunda. No hay tiempo que perder y hay que ir registrando tomas como si no hubiera mañana. Elipsis. Décadas más tarde, se edita el dictamen musical con abundantes detalles y Les Liaisons Dangereuses: 1960 (2017, Altafonte) se convierte en un Monk conmemorativo. Pensar en esas horas recluidos en el Nola’s Penthouse Sound Studios hace saltar el libro de la estantería: Three Wishes: An Intimate Look at Jazz Greats (Abrams, 2008) y Nica  retorna como testigo privilegiado, capturándo a sus amistades no siempre en

Un parpadeo familiar precede a la invasión. Después, la avanzadilla silenciosa disfrazada de motín. Como en el alfabeto morse la duración del punto es la mínima posible y por eso no nos damos cuenta y paseamos por la galería como si fuera un lugar seguro. Les abrimos la puerta, les invitamos a limonada y nos complace largar del pasado porque a todos nos gusta formar parte del colectivo y posicionarnos al otro lado de la red. Como los indios del chiste nos obligan a verlos con la cuenca de la mano tapándonos los ojos. La Alianza Popular se regenera y se adapta al clima del barrio. La colonización es para aficionados y feriantes. Esto es mucho más sofisticado y cómodo. Es el ahora, que se parece más a un programa de intercambio. If Lucy Fell Together In Stupidity Za! Bugamaistah, Sprazzfrica Ehd & Papa Dupau Vs Ceacescu Fucked Up Last

Los convidados a la zona son reacios a aceptar que no es lo mismo leer un mapa que moverse dentro del mismo. El guía intenta explicarlo una y otra vez y exige, no sin cierta desesperación, que seamos respetuosos con el medio y el medio proveerá. En el territorio acotado que define la pelicula Stalker (Сталкер, 1979, Andréi Tarkovski), no rigen las mismas leyes naturales. Es un espacio único que permanece inalterable en las imágenes y en el que los sonidos comparecen como protagonistas por derecho. Es también un contexto hostil para la melodía y por eso Edward Artemiev, tenía un reto importante a la hora de acompañar el metraje sin causar excesivas interferencias. En los 90, volvió a grabar las músicas de la película con el sello Electroshock Records, reeditadas en el disco Stalker / The Mirror – Music From Andrey Tarkovsky’s Motion Pictures (2013). Edward Artemiev – They