Día: marzo 7, 2015

Baja, baja pequeño Henry Lee, y permanece conmigo toda la noche/No encontrarás a otra chica en éste maldito mundo,que se pueda comparar a mí/Y el viento aulló, y el viento sopló…Un pequeño pájaro se posó sobre Henry Lee. Y luego vinieron besos, navajas, penas como pozos y más viento. Esa canción que se cuela en el último medio minuto e ilumina el camino de todas las demás, parecía ayer un golpe de suerte. Hoy nos dicen que es una señal funesta y abigarrada de nuestro destino. Nosotros nos revolvimos, amantes que somos del libre albedrío y salimos a la oscuridad, maldito cierzo ululante, literalmente el agua al cuello, cavando hasta el nivel freático en busca de unos cuantos discos que exhumar y compartir. Dos palas, un pico, un par de perros ratoneros y el abrazo fatídico del río a los intrusos que olvidamos la última venida. Vamos, un pandemonio deleitoso. Escuchamos